La historia sigue viva.

Esta es la historia de una mujer en el final de los cuarenta que vuelve a encontrar el amor cuando lo había desterrado para siempre.

No es un amor otoñal como cabía esperar y haría de ésta una historia previsible. Es al amor adolescente que entra en la vida sin llamar.

Lleno de pasión y confianza ciega. Cargado de complicidad y suspiros lanzados al aire.

Lo que iba a ser el Blog más corto de la historia va camino de convertirse en el Blog más largo de la historia.

Esta historia es real y lo sé porque es mi historia.

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Sabes que te quiero?



Te quiero cuando me miras con ojos enamorados en un “tú para mí y yo para ti” mientras me acaricias la cara o peinas mis cabellos con tus manos. Cuando me cantas al oído y tu brazo rodea mi cintura al bailar acompasados. Cuando duermes y dejas que contemple tu rostro, me pegue a ti y sienta palpitar tu corazón.


También te quiero en tus silencios elocuentes y llenos de paz, donde el tiempo se detiene mientras tu yo más profundo se eleva y se pierde entre suspiros y sonrisas. En los momentos en que te metes en mi cabeza y conviertes en palabras los pensamientos que me rondan. En lo que hemos vivido, vivimos y viviremos.


Te quiero porque me quieres y al quererme haces que te quiera, que si te quisiera más no podría quererte como te quiero pues quererse más no se puede. Ya ves cuanto querer cabe en un corazón que quiere.


Incluso cuando me enfado te quiero. En esos instantes en los que intentas protegerme de todo mal con tu ostracismo a sabiendas de que no me gustará. En los alejamientos necesarios para aclarar ideas y buscar la calma. Incluso ahí, te quiero.


¡Cómo no quererte entre besos y abrazos o risas provocadas por cosas sin importancia! ¡En la distancia y la cercanía y cuando me regalas tu dedicación para hacer mi vida más fácil y feliz!

¡Cómo no quererte si te quiero a morir!